DESPUÉS DEL 1 DE MAYO
Por Lisímaco Velasco.
Secretario de Propaganda
UIS de PyJ de la FSM
El 1 de mayo, es una de las fechas simbólicas de la lucha de clases en el sistema capitalista, recordada en el mundo, aunque para los EE.UU. es una vergüenza, el múltiple asesinato en 1886, del cual seguirán siendo reos y sentenciados por siempre.
De cada 1 de mayo podrían imprimirse enciclopedias enteras con los manifiestos, las volantes, los periódicos, las entrevistas, los discursos, las fotos y los videos, de todo tipo de manifestaciones en defensa de los más elementales derechos de los explotados, en rechazo a las políticas de gobiernos al servicio de las transnacionales y de la corrupción, en rechazo a la violencia y a la guerra para apropiarse de los recursos de otros pueblos, y de todas las injusticias para someter a la mayor parte de la especie humana, por un puñado de hambrientos y sedientos de mayores ganancias. De acumuladores compulsivos de capital.
Buena parte de las consignas se repiten año tras año, como demostración de que muchas realidades de los años mil ochocientos y de los mil novecientos, se repiten insistentemente en los años dos mil. En algunos casos en peores condiciones que hace más de un siglo, cuando tenemos nuevos monstruos como el Fondo Monetario Internacional, es la evidencia de la imposibilidad de que las cosas cambien, si se mantiene el sistema capitalista, si se mantiene el control y el dominio imperialista.
En ésta ocasión podemos añadir un elemento relativamente nuevo, pero a pesar de novedoso, persistente en todo el mundo, y es el tema de la seguridad social. En todas las latitudes han surgido las protestas y las movilizaciones por defender la institución de la seguridad social, que en todas partes es de propiedad de los trabajadores, pero que también en todas partes pretenden meterle la mano a sus recursos. Se declaran defensores de la propiedad privada y la recitan en todas las Constituciones de los países, pero defienden “su” propiedad privada y pretenden arrebatársela a la que pertenece a los trabajadores. Los más ricos robando a los más pobres. Los de traje y corbata robando a los indigentes, esa es la lógica del sistema capitalista.
Entre las resoluciones del II Congreso de la Unión Internacional de Sindicatos (UIS) de Pensionistas y Jubilados (PyJ) de la Federación Sindical Mundial (FSM), aprobamos una que dice: “Denunciamos las propuestas del capitalismo, en especial del FMI (Fondo Monetario Internacional) y de todos los gobiernos e instituciones que le obedecen (Unión Europea, Banco Mundial, OCDE, etc.), de retrasar la edad de jubilación, de potenciar las pensiones privadas, y de bajar el monto de lo pagado mensualmente como pensiones públicas. Con ello pretenden seguir sacando plusvalía de los trabajadores en activo para que les toque recibir la pensión cerca del momento de su defunción”.
Dentro de esa lógica el sistema pretende incrementar los años de trabajo para acceder a la jubilación, y pretenden incrementar los aportes mensuales de los trabajadores a la seguridad social. Algunos países ya lo han legislado así y otros lo discuten en cuanto aumentar. Los rapaces argumentos se refieren a que hay un descenso en la tasa de natalidad así como también en la de mortalidad, y por otra parte hay un ascenso en la esperanza de vida de la especie humana. Pero esas tres variables, natalidad, mortalidad y esperanza de vida, son el resultado del desarrollo de las fuerzas productivas, del desarrollo de la ciencia y la tecnología, esto es, son el resultado de la actividad conjunta de todo tipo de trabajadores manuales e intelectuales; pero en lugar de beneficiarse de ello, el sistema los condena a ser víctimas de los avances de la humanidad.
La inclusión de estas consignas en las manifestaciones del 1 de mayo, fueron acompañadas de una mayor presencia y vinculación de trabajadores activos y trabajadores jubilados, pero también de desocupados que buscan alguna forma de sobrevivencia. Estas vinculaciones y relaciones entre activos, jubilados y desocupados deben incrementarse y asumir formas de organización política, porque todos por igual somos víctimas de similares condiciones de vida, de trabajo, de cesantía y de jubilación.
En todo el mundo la seguridad social se mantiene con los aportes de los trabajadores y sólo de ellos, bajo el espejismo de que los patronos privados y el patrono público o Estado ponen una parte, pero ninguno de los dos mete mano a su bolsillo para pagar a la seguridad social; lo que ponen los patronos es una migaja del dinero que se apropian del trabajador bajo la forma de plusvalía, y lo que pone el Estado también es de los trabajadores que lo obtiene bajo la forma de impuestos. En consecuencia la seguridad social es el dinero y es el trabajo de los trabajadores y nada más.
Como siempre, argumentan con natalidad, mortalidad y esperanza de vida, es decir con lo que les conviene, pero sufren de amnesia con aquello que no les conviene. Olvidan que en el mundo más del 50% de la población económicamente activa, PEA, están entre el desempleo y el subempleo, en algunos países como el Ecuador, lo que le denominan “empleo digno” según fuentes oficiales se encuentra apenas en el 39% y el promedio de los últimos 15 años ha rondado en apenas el 40% de la población económicamente activa con “empleo digno”.
Dicen que la Seguridad Social necesita más dinero para su sostenibilidad y que por ello hay que incrementar los aportes mensuales, y les demostraremos lo contario con un ejemplo: La seguridad social necesita para mantenerse ahora 100 dólares mensuales y entonces 10 trabajadores ponen a 10 dólares; la seguridad social para mantenerse mañana necesita 120 dólares y entonces el sistema dice que los 10 trabajadores pongan a 12 dólares mensuales, y nosotros decimos que se dé trabajo a dos personas más y que 12 trabajadores sigan poniendo a 10 dólares.
La seguridad social para mantenerse a futuro necesita que aporten más años. Si un trabajador aporta 10 dólares mensuales de los 20 a los 65 años, (45 años), son 5.400 por lo tanto 10 trabajadores aportarían 54.000; a futuro el sistema quiere que aporten de los 20 a los 70 años, (50 años), con lo que los 10 trabajadores aportarían 60.000; nosotros decimos que se de trabajo a una persona más y entonces 11,1 trabajadores aporten igual que antes, esto es de los 20 a los 65 años y tendremos la cantidad necesaria de 60.000.
Dando trabajo a más personas, pero trabajo digno, con salario suficiente y afiliación a la seguridad social, es posible mantener los años y los aportes; pero dando trabajo a muchos más, es posible hasta bajar tanto los aportes como los años para jubilarse, y la lucha debe ser en ese sentido.
La consigna del sistema es que los mismos trabajadores, aporten más y trabajen más. La consigna nuestra es que más trabajadores, aporten y trabajen lo mismo, y luego será, que con muchos más trabajadores, se aporte menos y se trabaje menos. Porque eso es posible.