ECUADOR ENTRE LA DERECHA Y LA DERECHA
Por Lisímaco Velasco / Ecuador / 18/05/2023
No está equivocado el título.
Hace más de una década lo venimos repitiendo, y hemos venido denunciando, la existencia de una derecha disfrazada de izquierda, conviviendo y en amoríos con un sector de la derecha tradicional, que ocasionalmente se enfrentan con otros sectores de la derecha, que suelen presentarse entre las diversas fracciones de la burguesía, en cada uno de los países. Vale de ejemplo, demócratas y republicanos en los EE.UU.
En el caso del Ecuador, en la década del gobierno correísta, el sector de la burguesía más aventajado, fue el de la banca. Los banqueros y entre ellos el actual presidente Guillermo Lasso fue uno de los beneficiarios de la política de esa derecha disfrazada de izquierda, que al mismo tiempo pretendió desaparecer oficialmente al movimiento obrero y a las organizaciones sindicales, algo que la derecha tradicional nunca se había propuesto, y lo hicieron reformando la Constitución de la República, para que los nuevos obreros ya no estén regidos por el Código del Trabajo, sino que ingresen al régimen de los empleados, eliminando así los derechos a sindicalización, a huelga y a contratación colectiva; eliminó la ley que disponía el incremento anual de las pensiones jubilares y las congeló, golpeando a uno de los sectores más vulnerables de los obreros y trabajadores, evidencias más que suficiente, pero no las únicas, de su pensamiento, posición política e ideológica y gestión de gobierno, en favor y representación de la derecha.
Nuestras denuncias han sido ratificadas, luego de casi dos años de observar el funcionamiento de la Asamblea Nacional reciente y constitucionalmente disuelta, en la cual pudimos observar los ecuatorianos, todos los días, la más sólida alianza político ideológica, entre los asambleístas del correísmo y el Partido Socialcristiano, la máxima y tradicional representación de la derecha en nuestro país; en una alianza casi orgánica, para enfrentarse contra otro sector de la derecha, uno relativamente más nuevo, al cual se pertenece el actual presidente Lasso, cuyo partido político responde a las siglas de CREO.
En consecuencia, políticamente es un enfrentamiento entre facciones de la derecha ecuatoriana, más allá de que entre toda esa fanesca, se encuentre a dos organizaciones políticas, con el nombre de partidos comunistas, el uno producto de la división del otro, pero que funcionan tomados de la mano bajo el paraguas y la dirección del correísmo. Se han familiarizado tanto que conviven en la misma casa del partico comunista, también el partido correísta, duermen en cuartos separados, pero conviven, ya no tienen vergüenza.
Algunos de los que desafiaban y ponían las manos pidiendo la muerte cruzada, ahora ponen mala cara y reclaman; el jefe de la bancada socialcristiana, presenta ante la Corte un reclamo de inconstitucionalidad, en clara demostración de que a pesar de ser abogado no aprendió a leer, y esto va para todos aquellos que argumentan la ausencia de causales constitucionales, cuando el 148 de la Constitución, contempla 3 posibles causales, una que requiere la venia de la Corte Constitucional, pero las otras dos según la Constitución son a juicio del presidente, no a juicio de la Asamblea Nacional, ni de la Corte Constitucional. Esa Constitución fue hecha a la medida de un presidente que inicialmente no tenía ni un asambleísta y tenía que controlar desde el Ejecutivo al Legislativo, es la misma Constitución, y hoy están probando de su propia medicina.
Se trata entonces, de un reacomodo de las fuerzas de la derecha, de una medición de fuerzas entre ellas, de un nuevo reparte de las instituciones del Estado, se trata de definir y de elegir quién será el nuevo delincuente que asalte los fondos públicos, es decir que se robe los recursos de todos los ecuatorianos, de la misma manera que lo han hecho todos los anteriores, todos, se trata de quién se festinará los recursos de la seguridad social, esto es los recursos de todos los trabajadores, activos y jubilados.
Entendido el Síndrome de Estocolmo como el vínculo emocional, en favor del secuestrador o del victimario, en la política denominada “democrática” del sistema capitalista, se produce un síndrome similar, donde los pueblos reiteradamente eligen a sus verdugos, los obreros eligen a los patronos que los explotan, los trabajadores eligen a quienes los maltratan, los pobres eligen a los ricos que les robaron, los delincuentes eligen a sus capos. Solo en el último caso se puede entender como aceptable, que los delincuentes elijan a sus capos, pero en todos los demás casos, es el resultado de una inexistente formación ideológica popular, de una inexistente o demasiado débil formación ideológica en las organizaciones laborales y sociales, lo cual permite que esa ausencia sea cubierta con la propaganda que desde los medios se hace, para hacernos creer que los intereses de los explotadores y delincuentes, son también los intereses de los explotados, la usencia de esa formación nos permite aceptar como verdaderas, todas las mentiras que nos dicen, e ir en cada proceso electoral, como ovejas al matadero.
Es necesario mejorar nuestro conocimiento político, para disminuir el riesgo de que nos engañen, es necesario fortalecer nuestras organizaciones, y es necesario, sin conciliaciones, continuar luchando y defendiendo todos y cada uno de nuestros derechos, seguir defendiendo nuestra vida más allá del verdugo que tengamos al frente. A continuar defendiendo nuestros derechos, gobierne quien gobierne.
Foto Collage El Universal.