Jubilaciones muy bajas, casi ridículas, una inflación que no encuentra techo, un dólar que sigue el mismo camino… La ecuación da un resultado trágico: siete de cada diez jubilados argentinos no pueden pagar los gastos mínimos para subsistir.
El dato surge de un estudio de la Defensoría del Pueblo de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, que dirige Eugenio Semino, en base al cálculo de la canasta básica para los abuelos, que en julio subió a 21.127 pesos por las subas en alimentos, medicamentos y servicios de la vivienda.